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miércoles, 26 de agosto de 2009

Practico 5 Historia Social General"Las necesidades del capital frente a las necesidades de los seres humanos"

Al igual de otros socialistas del siglo XIX, la visión de Marx de una buena sociedad era aquella que permitiese el pleno desarrollo del potencial humano. En la versión final del Manifiesto, esa nueva sociedad se presenta como una “asociación en la que el libre desarrollo de cada uno es la condición para el libre desarrollo de todos”.
Esta idea de desarrollo del potencial humano está presente en toda la obra de Marx: la posibilidad de seres humanos ricos con necesidades humanas ricas, el potencial para producir seres humanos lo más ricos posible en cuanto a sus necesidades y capacidades.
La realización de este potencial exige el desarrollo de una sociedad en la que las personas no se consideren independientes entre sí, en la que la conscientemente reconozcamos nuestra interdependencia y cooperemos libremente sobre la base de este reconocimiento. Cuando nos relacionamos con los demás como seres humanos, producimos para todos y sentimos placer y satisfacción por el simple hecho de ser conscientes de que hacemos algo que es útil.

Las relaciones de producción capitalistas.
Según los economistas capitalistas, la competencia y los mercados aseguran que los capitalistas satisfagan las necesidades del pueblo, no por humanidad y benevolencia, sino por su propio interés. Al competir en el mercado con otros capitalistas se ven impulsados a servir al pueblo. Esta visión de la competencia y del mercado oscurece aquello que precisamente distingue al capitalismo de otras economías de mercado: sus relaciones de producción específicas. Las relaciones de producción capitalistas se caracterizan por dos ámbitos básicos: el ámbito capitalista y el ámbito de los obreros.
• Los capitalistas: dueños de las riquezas, de los medios físicos y materiales de producción. Y su orientación va dirigida hacia el crecimiento de su riqueza. Empezando por un capital de cierto valor para comprar productos con el objetivo de ganar dinero y conseguir una plusvalía.
• Los obreros: personas que no tienen bienes materiales que puedan vender ni medios materiales para producir los bienes necesarios para sí mismos. Sin estos medios de producción, no pueden producir mercancías que vender en el mercado a modo de intercambio. Para conseguir diversos bienes venden lo único que tienen para vender, su fuerza de trabajo.
Para la existencia del capitalismo es necesario que exista una economía basada en productos y dinero, en la que unos sean los dueños de los medios de producción y otros posean la capacidad para realizar el trabajo. Para que esto suceda los obreros deben ser primero libres en un doble sentido: deben ser libres para vender su fuerza de trabajo (algo que el esclavo carece) y deben estar libres de medios de producción (es decir, que los medios de producción deben de haber sido separados de los productores).
Si los obreros están separados d los medios de producción, quedan dos posibilidades:
• Los obreros venden su fuerza de trabajo a los dueños de los medios de producción
• Los obreros alquilan medios de producción a sus dueños.
El capitalista compra el derecho a disponer de la capacidad de los obreros para realizar trabajo precisamente porque es un medio de lograr su objetivo: obtener beneficios. De esta manera se encuentran dos ámbitos de mercado: el propietario del dinero y el propietario de la fuerza de trabajo.

La esfera de producción capitalista.
El proceso de producción que desencadenan las relaciones capitalistas tiene dos características básicas. La primera es que el obrero trabaja bajo la dirección, supervisión y control del capitalista. Los objetivos del capitalista determinan la naturaleza y el propósito de la producción. Las directrices y órdenes acerca del proceso de producción les llegan a los obreros desde arriba. No existen unas relaciones horizontales entre el capitalista y el obrero. En tal ámbito no hay mercado, sino una relación vertical entre el que tiene poder y el que no lo tiene.
La segunda característica de la producción capitalista es que los obreros no tienen derecho de propiedad sobre el producto resultante de su actividad. No tienen derecho alguno sobre el producto. No pueden reclamar nada. Le han vendido al capitalista la única cosa que podía otorgarle ese derecho, la capacidad para realizar su trabajo.
Como el objetivo del capitalista es la plusvalía, sólo compra fuerza de trabajo en la medida en que genere tal plusvalía. La condición necesaria para generarla es la realización de un valor añadido.
Lo que el capitalista quiere es que los obreros realicen un trabajo adicional, es decir, que el trabajo realizado por los obreros exceda del nivel de trabajo necesario. La relación entre el excedente de trabajo y el trabajo necesario es que lo que se definió como la proporción de la explotación.
¿Cómo logra el capitalista su objetivo? Una opción del capitalista es utilizar su control de la producción para aumentar el trabajo que realiza el trabajador: aumentar la jornada laboral. Otro procedimiento es intensificar la jornada laboral. Hacer que en trabajen más en una misma cantidad de tiempo. También se puede reducir el salario. Pagar por debajo del salario real. Contratar a obreros que trabajen por menos dinero.
En resumen, mientras que el capital presiona para aumentar la jornada laboral y pagar menos salario, los obreros porfían por reducir la jornada laboral y aumentar su salario. Y así se fundan sindicatos.
Desde la vista del capital, los obreros no son más que un medio para un fin. No son un fin en sí mismos.
Los obreros realizan una lucha en dirección opuesta a la del capital, se obstinan en reducir el grado de explotación. Implícitas en esa economía política de los obreros y en la lucha de la clase obrera está el surgimiento de las dimensiones entre ellos.
De esta forma, los capitalistas se ven obligados a introducir maquinaria para aumentar la productividad. Al aumentar la productividad en relación con el salario real, reducen la mano de obra necesaria y aumenta el grado de explotación. En la lucha entre el capital y el trabajo, los capitalistas se ven impulsados a revolucionar los procesos de producción.
No obstante, pese a esta nueva forma de producción, caracterizada por la división del trabajo en las fábricas, el crecimiento del capital seguía tropezando con obstáculos. Esta producción seguía dependiendo de obreros cualificados, tras largo períodos de aprendizaje, y estaba sujeta a la resistencia de esos mismos obreros cualificados a la dirección del capital en el lugar del trabajo.
Al proyectar la lógica del capital mucho más allá de las modificaciones del modos de producción se produjeron en su tiempo, Marx describió la emergencia de enormes fábricas automatizadas, combinaciones orgánicas de maquinaria que realizan todas las complejas operaciones de producción. Todo el conocimiento científico y los productos de la mente humana aparecen como atributos del capital en lugar de como atributos del colectivo de los obreros.
La introducción de la maquinaria tiene otro aspecto importante. Todo obrero desplazado, sustituido por la maquinaria, se suma a un “ejército de reserva proletario”. La existencia de este cuerpo de obreros desempleados no sólo permite al capital ejercer la disciplina en el lugar de trabajo, sino mantener los salarios dentro de unos límites convenientes para una rentable producción capitalista.

La promoción de las ventas y la “sobreproducción”.
En tanto que el capital logra sus objetivos en la esfera de la producción, produce cada vez más productos que contienen plusvalía. Sin embargo, los capitalistas no quieren estos productos. Lo que quieren es vender esos productos y hacerse con la plusvalía latente en ellos. De ahí que deban volver a entrar en la esfera de la circulación de mercancías para materializar sus beneficios potenciales.
Del mismo modo que se ven impulsados a aumentar las plusvalías en la esfera de la producción, también se ven impulsados a aumentar la extensión del mercado, con el fin de materializar sus plusvalías.
¿Cómo logra el capital ampliar el mercado? Propagando las necesidades existentes en un círculo más amplio mediante la producción de nuevas necesidades, es decir, de la promoción de las ventas.
Sin embargo, el problema del capital en la esfera de la circulación de mercancías no se reduce a que deba ampliar la esfera de distribución, sino que el capital tiende a ampliar la producción de plusvalías más allá de su capacidad para materializar esas plusvalías. La sobreproducción es la “contradicción fundamental del capital desarrollado”. Existe una constante tendencia a la sobreproducción del capital, una tendencia a aumentar la capacidad productiva por encima de lo que el mercado capitalista existente podría justificar.

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